El Erotismo de Picasso, en Buenos Aires
La muestra Picasso erótico se podrá ver en el subsuelo Galerías Witcomb. Se trata de 100 obras entre grabados, litografías, tintas y carteles, que abarcan prácticamente todos los períodos de la vida del artista. «La parte más importante de la muestra», explica Calvo, «es la Suite Vollard, considerada la obra cumbre de la historia del grabado». En la muestra habrá 50 de los 100 grabados que Picasso (1881-1973) hizo para esta serie entre 1930 y 1937, coincidiendo con el momento en que se separó de su primera esposa, Olga Khokhlova y se enamoró de una joven de 17 años, María Teresa Walker. «Al analizar el conjunto de la serie», cuenta el galerista, «no se encuentra pornografía ni perversión. Para él, el sexo era un canto a la vida y una fuente de inspiración». En los grabados vemos trazos muy definidos y exhuberantes mujeres con los pechos al descubierto y aparece en varias ocasiones la figura del Minotauro -mitad hombre, mitad bestia- «que es una autorreferencia», dice Calvo: «así se veía Picasso en sus relaciones con las mujeres, como una bestia, era un tipo muy oscuro en ese tema».
También se podrán ver en la Galería Witcomb 20 grabados pertenecientes a la serie Suite 347, realizada por el artista en la última etapa de su vida, en los años 60, y considerada por los expertos el diario personal del autor del Guernica. En esta serie las escenas de sexo son más explícitas y, además en muchas de ellas los amantes son espiados por voyeurs.